Sequía e indisponibilidad de centrales llevan al Gobierno a extender decreto de racionamiento
Si bien la decisión fue respaldada de manera transversal por los expertos, estos abogan por soluciones para enfrentar las causas que están originando la fragilidad del sistema eléctrico nacional.
Hasta el 30 de septiembre decidió extender el Gobierno el decreto de racionamiento preventivo actualmente en vigencia, con lo que se cumplirán dos años bajo este mecanismo, ante las dificultades que se arrastran para el sistema eléctrico nacional.
En el documento firmado por el ministro de Energía, Diego Pardow, se hace alusión a los estudios entregados por la Comisión Nacional de Energía y el Coordinador Eléctrico Nacional, que en su último informe de seguridad y abastecimiento detectó un riesgo de déficit de abastecimiento de 167 GWh durante junio de 2023, esto, considerando la indisponibilidad de centrales térmicas eficientes, y diversas contingencias.
En esta línea, se tienen en consideración diversos contratiempos, como la dificultad de operación del Complejo Ventanas ante los problemas de descarga del carbón en el puerto Ventanas, la indisponibilidad de Alto Maipo, o la salida de operación de centrales termoeléctricas.
“La CNE concluyó que las situaciones de riesgo de desabastecimiento pueden mantenerse para el año 2023, dependiendo de la disponibilidad de los recursos energéticos que presente el sistema, considerando tanto el parque de generación actual como el proyectado a propósito de los proyectos que puedan entrar en servicio durante los siguientes meses; por ello es que, en virtud de los análisis realizados por la Comisión, se recomendó a esta Secretaría de Estado extender el Decreto Preventivo de Racionamiento hasta el 30 de septiembre de 2023”, detalla el documento, en el que se agrega mantener en 66 GWh la reserva hídrica de acuerdo con el decreto preventivo.
Entre los expertos existe coincidencia respecto de que se debía tomar esta decisión, ya que sus costos son menores a tener que enfrentar un eventual desabastecimiento, no obstante, se hace un llamado de atención en relación con que medidas como esta no pueden extenderse por tanto tiempo.
“Esta es una decisión razonable, sin embargo, más que analizar la decisión de contingencia, uno debiese pensar en cómo está preparado el sistema para futuras contingencias, no podemos estar permanentemente con decretos de racionamiento; si esto se extiende en el tiempo, es una mala señal, porque no nos estamos haciendo cargo del corto y mediano plazo”, advirtió el gerente general de Valgesta, Ramón Galaz.
El experto apuntó a que existe una serie de medidas a nivel operacional y de decisiones del Coordinador Eléctrico sobre cómo poder operar en condiciones más óptimas, salvaguardando la seguridad del sistema, que deben ser discutidos, para poder hacer frente a esta contingencia.
Por su parte, el socio director de Aclai Consultores, Claudio Espinoza, añade que “esto es complejo porque muestra que estamos viviendo una situación muy especial, con una tremenda cantidad de proyectos renovables y que seguirá creciendo, estamos sacando centrales a carbón, pero se da la paradoja de que tenemos mucha energía nueva, pero mantenemos una fragilidad en el sistema. Nuestra dependencia del agua no ha sido subsanada por las renovables y pareciera ser que faltó una transición para ir adaptándonos a este fenómeno”.
Espinoza señala que de todos modos el costo de extender el decreto de racionamiento es mucho menor a tener que enfrentar incertidumbres respecto a eventuales desabastecimientos en los próximos meses.
Condiciones mejorarían este año
En cuanto a las proyecciones respecto a cómo se comportará este año el sistema eléctrico, la subgerente de Regulación y Legal de Ecom Energía, Gabriela Manríquez, recuerda que si bien se han vivido dificultades importantes, podrían esperarse mejores condiciones para este ejercicio.
“Pareciera ser que el período de crisis está llegando a su fin, cuestión que nos permite estimar una baja importante en los costos marginales, particularmente vemos dos factores que serán gravitantes para ello. El primero es que todos los análisis meteorológicos indican el fin del fenómeno de La Niña, por lo que al menos deberíamos tener un año menos seco. El segundo es que a nivel internacional los precios de los combustibles han tendido a estabilizarse”, señala Manríquez.