Significativa ceremonia en terrenos de futuro parque solar destaca la conexión ancestral de los Pueblos Indígenas

Son 270 hectáreas de terreno, emplazados en pleno desierto de Atacama, donde en un futuro se construirá el nuevo proyecto fotovoltaico Parina. Son extensos metros de un terreno árido flanqueados por imponentes cerros, donde por siglos han transitado y habitado los pueblos originarios, cuyos descendientes hoy son los habitantes ancestrales del lugar y que se mantienen como testigos vivos de la historia. 

Antes de poder entrar a ese territorio corresponde hacer una ofrenda a los ancestros y a la tierra, en una ceremonia según las creencias de las comunidades, quienes en conjunto con un grupo de representantes de la empresa Statkraft realizaron un “huaqui”, justo a la salida del sol.

Mientras los rayos van de a poco iluminando y calentando el territorio, se ofrece una mesa con hojas de coca y otros ofrendas para los ancestros y para la Pachamama, que observa imponente esta actividad de agradecimiento y a través de la cual se pide permiso para intervenir. 

“Estamos rodeados de miles de elementos, de energía, los cuales hacemos presentes. A través de esta ceremonia pedimos permiso, ofrendamos, y después de eso podemos actuar. No tenemos libre albedrío de hacer cualquier cosa, pero si ya tenemos la facultad para hacer cosas, así como el proyecto que están generando”, explica Julio Vilca, miembro de la comunidad Licantatay y quien fue parte de esta ceremonia. “Hay una intromisión, porque en la tierra y los campos muchas veces existen cosas descansando tranquilas, y a ellos hay que pedirle permiso. Nuestros abuelos siempre nos enseñaron, donde vayan pidan permiso. Si ven algo, saluden y pasen. Porque no estamos solos. Estamos rodeados de muchas cosas y nosotros como indígenas lo vemos y lo sentimos así”.

A la ceremonia fueron invitados representantes de la empresa de Statkraft, además de miembros de otros pueblos indígenas. “Acá habemos personas de distintos lados, pero somos todos iguales y compartimos la misma mesa, sin ninguna diferencia. Y eso es lo más bonito que se rescata y lo que se vio hoy día. Somos un solo gran grupo, independiente de donde vengamos, pero tenemos esa intención y esa unión, que reconocemos a la tierra como nuestra madre, nuestra creadora, respeto por eso siempre”, dice Julio situado a las orillas del río Loa, donde está instalada esta comunidad.

Ellos viven todos los días sus tradiciones, a través de la cual desarrollan una conexión única con la tierra y sus ancestros. Su modo de mirar el mundo no siempre coincide con el occidental, ni menos con el de una empresa que llega para construir proyectos como el que presentó la compañía. Para Statkraft, poder relacionarse con los pueblos originarios es parte su manera de dar sostenibilidad a sus proyectos y generar valor no solo para la empresa sino también que a las personas que se encuentran en el territorio, como lo explica su Gerente de Asuntos Corporativos y Sociales, Santiago Vicuña, que encabeza el equipo que comenzó esta relación tempranamente, hace ya dos años.

“Para nosotros es importante ser consistentes con las políticas corporativas que tenemos, y no dejarlas solo como una declaración, sino que transformarlas en elementos que efectivamente permiten mover la aguja, y con ello tomar decisiones en base a estas percepciones, estos saberes históricos de las comunidades, a su relación con los territorios”, explica. En este proyecto en particular, agrega, gracias a la relación que se ha venido generando por los últimos dos años, se modificó el diseño original para evitar la afectación de una huella tropera reconocida como parte del patrimonio de las comunidades locales. Para ello se replanteó la configuración del parque, optimizando y reduciendo la cantidad de módulos fotovoltaicos junto con los caminos internos de operación, relocalizando torres de la línea de transmisión y priorizando la utilización de caminos existentes. Esto implicó reducir la potencia de la planta de 248 MWp a 185 MWp.

Visión de largo plazo

“Si efectivamente le queremos dar sostenibilidad a estos proyectos, un elemento clave es tener la capacidad de escuchar, entender, y corroborar desde el punto de vista arqueológico si es que efectivamente hay una correspondencia, si es así y el proyecto sigue siendo rentable, tomar la decisión de excluir esta zona, tomar medidas de mitigación previa, para asegurarte que no se produzca esta afectación, lo que es algo quizás no muy común y que tiene un valor muy grande”, agrega al respecto de esta decisión que tomó la compañía, antes de ingresar el proyecto a tramitación para obtener la calificación ambiental, que recientemente fue aprobada por el SMA. 

Orlando San Martín, Head Advisor Sustainability Europe, también estuvo presente en la ceremonia, y desde su punto de vista, explica que “como empresa estamos obligados y comprometidos a respetar los DD.HH, y para ello, tenemos que tener un conocimiento a cabalidad de qué significa eso, en particular cuando estamos hablando de los DD.HH. de los pueblos indígenas. Son temas delicados, que requieren conocimiento y dedicar tiempo para eso. Statkraft Chile ha estado siendo líder a nivel de Statkraft en tratar de profundizar en el entendimiento y el conocimiento de la cultura y las raíces de los pueblos indígenas”. Resalta también la importancia que el discurso se respalde en acciones, y que para hacer un buen relacionamiento comunitario “se requiere construir confianza. Las ceremonias, los diálogos que hemos tenido con representantes de los pueblos indígenas durante los dos últimos días, han sido elementos fundamentales para construir confianzas, tanto de ellos hacia nosotros como de nosotros hacia ellos”, agregando que eso precisamente lo que ha permitido compartir esos conocimientos “que no se hacen tan fácil compartir con muchas empresas”.

“Con el tiempo distintas empresas, entidades, nos han empezado a considerar. El reconocimiento se ha ido ganando con el tiempo. Si bien es cierto antes no éramos muy reconocidos o éramos más pasados a llevar, empezaron a aparecer leyes, derechos que nos apoyan. Ahí va surgiendo la fuerza y nosotros como pueblo vamos sacando la cara, ya no nos avergonzamos. Mis papás, mis abuelos, no se visten así, no tienen las costumbres de nosotros, porque ellos de alguna manera, fueron privados de ello. Nosotros somos la fuerza que está renaciendo y venimos con las ganas de rescatar todo esto, y con el respaldo de las distintas entidades que nos apoyan, nos ven, nos reconocen y no nos pasan a llevar. Porque estamos acá, estamos presentes, estamos vivos y queremos que las siguientes generaciones sigan” concluye Julio.